9 ya que somos colaboradores de Dios y vosotros, campo de Dios,
edificación de Dios.
10 Conforme a la gracia de Dios que me fue dada, yo, como buen
arquitecto, puse el cimiento, y otro construye encima. ¡Mire cada cual cómo
construye!
11 Pues nadie puede poner otro cimiento que el ya puesto, Jesucristo.
12 Y si uno construye sobre este cimiento con oro, plata, piedras
preciosas, madera, heno, paja,
13 la obra de cada cual quedará al descubierto; la manifestará el Día,
que ha de revelarse por el fuego. Y la calidad de la obra de cada cual, la
probará el fuego.
14 Aquél, cuya obra, construida sobre el cimiento, resista, recibirá la
recompensa.
15 Mas aquél, cuya obra quede abrasada, sufrirá el daño. El, no
obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego.
16 ¿No sabéis que sois santuario de Dios y que el Espíritu de Dios
habita en vosotros?